LA MUERTE Y EL MORIR LA TRANSICIÓN DEL ALMA - LOUISE HAY





Venimos a este planeta a aprender

ciertas lecciones, y después continuamos

adelante...



La muerte, una parte natural de la vida


Desde que comencé mi trabajo con personas enfermas de sida he conocido a cientos que han muerto. El hecho de estar cerca de estas personas durante el final de su vida me ha dado una comprensión de la muerte que no tenía antes. Yo pensaba que la muerte era una experiencia terrible. Ahora sé que sólo es una parte normal y natural de la vida. Me gusta pensar que morir es como un «marcharse del planeta».

Creo que hemos venido a este mundo a aprender ciertas lecciones. Cuando las hemos aprendido, nos marchamos. Es posible que para una determinada vida la lección sea corta. Tal vez necesitábamos tener la experiencia del aborto, y entonces no salimos vivos del vientre materno. Quizá nuestros padres y nosotros tomamos una decisión del alma para aprender las lecciones del amor y la compasión mediante la muerte de un bebé. Puede que sólo necesitáramos unos pocos días o meses y nos marchamos muriendo en la cuna.

Algunas personas usan el camino de la enfermedad para marcharse del planeta; se crean una vida que no les parece posible enderezar y entonces deciden que prefieren irse ahora y solucionar las cosas en otra ocasión. Algunas personas eligen marcharse del planeta de una forma espectacular, tal vez en un accidente de coche o de avión. Sabemos que prácticamente de todas las enfermedades que hemos creado alguien se ha curado. Y sin embargo muchas personas usan la enfermedad como manera de marcharse cuando les llega la hora. Morir de enfermedad es un modo socialmente aceptable de marcharse.

Sean cuales sean la forma y el momento en que nos marchemos, yo creo que es una decisión del alma y que ocurre en el instante y el lugar perfectos. Nuestra alma nos permite marcharnos del modo que sea mejor para nosotros esta vez. Cuando vemos el cuadro completo de la vida, nos resulta imposible juzgar ningún procedimiento para marcharse.

Superar el miedo a la muerte

He observado que las personas que sienten más rabia, resentimiento y amargura parecen tener las muertes más difíciles. Suele haber lucha, culpa y miedo asociados a su muerte. Quienes han hecho las paces consigo mismos y comprenden el valor del perdón, para sí mismos y para los demás, tienen las muertes más apacibles. Por otro lado, las personas a las que se les enseñó lo de «las llamas del infierno» son las que se sienten más aterradas ante la perspectiva de marcharse.

Si tienes miedo de dejar el planeta, te recomiendo que leas alguno de los muchos libros que tratan de las experiencias de casi muerte que han tenido algunas personas. Los libros Life After Life, de Raymond Moody,* y Saved by the Light [Salvados por la luz], de Dannion Bradley, son obras iluminadoras y estimulantes que nos revelan cómo un encuentro de cerca con la muerte puede cambiar la percepción de la vida y también eliminar el miedo a morir.

De modo, pues, que así como es importante saber lo que creemos sobre diferentes asuntos de la vida, también lo es tener muy claro lo que elegimos creer sobre la muerte. Muchas religiones, al tratar de manipularnos para que nos comportemos según sus reglas, nos presentan imágenes aterradoras de la muerte y de la vida después de la muerte. Francamente pienso que es muy malvado decirle a alguien que va a arder en el infierno eternamente. Ese tipo de predicación es pura manipulación. No hagas caso de las personas que venden miedo.

Entonces, nuevamente te sugiero que hagas una lista, esta vez titulada: «Lo que creo de la muerte». Anota todas las cosas que te vengan a la cabeza. Por tontas que parezcan, están en tu inconsciente. Si tienes muchos mensajes negativos en tu interior, entonces trabaja para cambiar esas creencias. Medita, estudia, lee libros, y aprende a crearte una creencia sobre la vida después de la muerte, que sea positiva y que te apoye. Lo que creemos se convierte en realidad. Si crees en el infierno, entonces probablemente vas a ir allí por un tiempo, hasta que despiertes a la verdad y cambies tu conciencia. Yo creo que el cielo y el infierno son estados mentales, y que podemos experimentarlos mientras estamos en la Tierra.

El temor a la muerte dificulta la vida. Mientras no estemos en paz con la muerte, no podremos comenzar realmente a vivir.

Un tiempo para vivir y un tiempo para morir Llega un momento en la vida de cada persona en que debe aceptar que la muerte está ahí, que ha llegado su hora. Creo que necesitamos estar en paz con ese momento, sea el que sea. Hemos de aprender a aceptar la muerte, a permitimos pasar por la experiencia que ofrece con admiración y paz, no con miedo.

Generalmente la gente tiene opiniones muy definidas sobre el suicidio, y se me ha criticado la mía. Yo pienso que es absurdo matarse porque se ha acabado un romance, porque uno se ha arruinado o por algún otro problema de la vida. Perdemos la oportunidad de aprender algo y crecer. Y si nos negamos a aprender esa lección esta vez, va a volver a presentarse en la próxima vida.

¿Recuerdas las muchas veces que has tenido problemas o dificultades y no sabías cómo salir de la situación? Pero lo hiciste y estás aquí; encontraste una solución. ¿Y si te hubieras suicidado a causa de alguna de esas dificultades? Fíjate en todas las cosas fabulosas que te habrías perdido.

Por otra parte, en la vida de algunas personas llegan momentos de enorme dolor físico que no cede, que no puede ser aliviado. Están tan profundamente inmersas en una enfermedad atroz que llegan a un punto sin retorno. Esto lo he visto muchas veces con la enfermedad llamada sida. ¿Quién soy yo para juzgar a una persona que elige quitarse la vida en esas circunstancias? Opino que el doctor Jack Kervorkian, al que llaman el Médico de la Muerte, es un hombre muy compasivo que ayuda a acabar su vida con dignidad a las personas con enfermedades terminales.

Escribí lo siguiente para un amigo muy querido que estaba muriendo conscientemente. A él le sirvió de gran consuelo en esos momentos. Muchas veces, durante el día y la noche, se ponía «en posición para la máxima paz». También he empleado estas palabras para muchos otros que estaban en proceso de marcharse.

Siempre estamos a salvo Siempre estamos a salvo

Es sólo un cambio.

Desde el momento en que nacemos nos preparamos para ser Abrazados por la Luz una vez más.

Ponte en posición para la Máxima Paz. Los ángeles te rodean y te guían en cada paso del camino.

Lo que sea que elijas, será lo perfecto para ti. Todo sucederá en el momento y el lugar perfectos.

Este es un instante de júbilo y de regocijo.

Estás de camino a Casa como lo estamos todos aquí.

Siempre me he imaginado mi muerte como el final de una representación.

Baja el telón por última vez.

Se acaban los aplausos.

Voy a mi camerino y me quito el maquillaje.

La ropa queda en el suelo.

El personaje ya no soy yo.

Desnuda, voy hasta la entrada de artistas.

Cuando abro la puerta, me encuentro ante una cara sonriente.

Es el nuevo Director, con un nuevo guion y el traje en la mano.

Me inunda la alegría al ver que me esperan mi público fiel y mis seres queridos.

La ovación es cariñosa y ensordecedora.

Me saludan con más amor del que jamás he experimentado antes.

Mi nuevo papel promete ser el mejor de todos.

Sé que la Vida siempre es buena. Dondequiera que esté todo está bien.

Estoy a salvo.

Hasta pronto. Adiós.



También veo la Vida como una película

En cada vida siempre llegamos a mitad de la película y siempre nos marchamos a mitad de la película. No hay un momento correcto, ni un momento equivocado, sino sólo nuestro momento.

El alma hizo su elección mucho antes de que viniéramos.

Hemos venido a aprender ciertas lecciones, a amarnos a nosotros mismos.

Sea lo que sea lo que hagan o digan los demás, hemos venido a amarnos y cuidarnos y a amar, y cuidar a nuestros semejantes.

Cuando hemos aprendido las lecciones del amor, podemos marcharnos con alegría; no hay necesidad de dolor ni sufrimiento.

Sabemos que la próxima vez dondequiera que elijamos encamarnos, en cualquier plano de acción, llevaremos todo el amor con nosotros.

El túnel del amor

Nuestra Última Puerta es de Liberación, Amor y Paz.

Nos liberamos y entramos en el túnel de salida, al final del cual encontramos sólo Amor.

Un Amor que nunca hemos experimentado antes, un Amor total, incondicional, que todo lo abarca, y una profunda Paz interior.

Todos los seres que hemos amado están ahí, esperándonos, dándonos la bienvenida, amándonos, guiándonos.

Nunca volvemos a estar solos.

Es un momento de inmensa alegría, el momento de revisar, con amor, nuestra última encarnación y adquirir sólo Sabiduría.


¡LAS LÁGRIMAS TAMBIÉN SON BUENAS! Son el río de la Vida. Nos ayudan a superar experiencias profundamente emotivas.


FELIZ ASCENSIÓN

Sabes que me reuniré contigo en lo que va a parecer un abrir y cerrar de ojos.

Una de las últimas cosas que me dijo mi amigo fue: —

¿Nos estamos despidiendo?

—Sí —le contesté—.

Por esta vida, sí.


Estas son mis ideas sobre la muerte y el morir. Ahora formula las tuyas. Sólo procura que sean consoladoras y amorosas.

La esencia vital está siempre con nosotros

Dejo marchar el pasado con facilidad y confío en el proceso de la Vida. Cierro la puerta de las viejas heridas y perdono a todo el mundo; también me perdono a mí. Visualizo un arroyo delante de mí. Agarro todas las viejas experiencias, los viejos agravios y penas, los lanzó al arroyo y veo cómo comienzan a disolverse y marcharse con la corriente hasta que se disipan y desaparecen totalmente. Soy libre, y todas las personas de mi pasado también lo son. Estoy a punto para avanzar hacia las nuevas aventuras que me aguardan. Las vidas vienen y van, pero yo siempre soy un ser eterno. Estoy rebosante de vida y vitalidad, sea cual sea el plano de acción en que me encuentre. El Amor me rodea, ahora y para siempre. ¡Y así es!

¡ÁMATE Y AMA TU VIDA!